Autoconocimiento
Autoconocimiento
Conócete a ti mismo es la máxima socrática de hace siglos, que expresa una tarea para toda la vida, la más seria de todas las tareas.
Así, sólo se puede querer lo que se conoce; si uno es perfectamente desconocido para sí mismo, es difícil poder quererse.
Algunas de las preguntas a las que con frecuencia es difícil encontrar respuesta son:
¿Quién soy?, ¿Por qué reacciono así?, ¿Qué me hizo sentirme así?, etc. Debiéndose esto a que no nos conocemos lo suficiente.
Se dice que cuando aprendemos a conocernos, en realidad vivimos; y efectivamente, no podemos vivir con algo o con alguien que desconocemos (uno mismo); mucho menos emplear capacidades, recursos o habilidades desconocidas para nosotros de nosotros mismos.
El conocimiento de sí mismo no sólo afecta positivamente a la autoestima, sino a las relaciones con los demás, y hasta la comprensión del mundo, del universo.
Un físico contemporáneo afirmó: "Hemos reunido pruebas suficientes que indican que la clave para la comprensión del universo eres tú".
Llegar a un nivel óptimo de autoconocimiento, conlleva la comprensión de que se debe conocer a los demás empezando por conocerse a uno mismo, e identificando la individualidad de cada ser, es decir reconocer la dependencia entre "yo y los otros".