9. Las reestructuraciones empresariales y sus implicaciones éticas

    Las empresas, para afrontar la intensa competencia, están reduciendo sus niveles jerárquicos y redefiniéndose, trasladando las responsabilidades hacia los empleados de menor nivel. Las nuevas estructuras organizativas, enfatizan la toma de decisiones a unos niveles más bajos y cercanos a los clientes y a los problemas, dando una mayor independencia a los empleados.

    Los empleados en las compañías que han reducido sus dimensiones, sus niveles jerárquicos y sometido a procesos de reingeniería, tienen una mayor autonomía y libertad para tomar decisiones. Estas nuevas responsabilidades individuales, pueden arriesgar a las empresas a comportamientos peligrosos para su reputación, en un intento por parte de los empleados de obtener ventajas a corto plazo.

            Los empleados en las empresas que se reestructuran adquieren nuevas y amplias responsabilidades y mayor discrecionalidad para tomar decisiones. Esto requiere una supervisión y políticas empresariales claras, que eviten comportamientos incorrectos que pueden perjudicar a la sociedad y a la empresa a largo plazo.*
 

10. LOS DIRECTIVOS

            Se plantea un dilema ético trascendente para la alta dirección, cuando los intereses de los accionistas no coinciden exactamente con los de los restantes grupos interesados, siendo la toma de decisiones conflictiva.*

            En ocasiones, entran en conflicto los intereses de los accionistas y de los directivos, situaciones en las que el directivo atiende más a sus intereses personales que a los de la propiedad y del resto de los agentes, y supedita la buena marcha de la empresa a largo plazo a la obtención de beneficios. Los valores dominantes de la empresa son formulados por la alta dirección y la estructura de autoridad comienza en la dirección, por lo que el comportamiento ético debe comenzar en lo más alto.*
            El profesor Hosmer* de la Universidad de Michigan, analiza las actividades y actuaciones que se esperan de los directivos en cada nivel organizativo. Considera que es importante identificar, asignar y medir la actuación de las actividades directivas, para lo cuál propone 5 niveles y 15 criterios. Compartimos plenamente el análisis y la perspectiva adoptada por este autor, que va en la línea de las propuestas que realizamos, en el sentido de la necesidad de una ampliación de los horizontes. Una perspectiva en la toma de decisiones mucho más amplia que la tradicional, encerrada en la utilización de unas herramientas de gestión en un área empresarial sin consideraciones en otros niveles de análisis.       

            Las condiciones en las que se desenvuelven las actividades directivas han evolucionado, cambiando desde empresas pequeñas y sencillas a otras más grandes, complejas y competitivas (Hosmer, 1991)*. Se ha producido además, un movimiento de la concentración de las actividades directivas en el nivel operativo, a otros niveles de gestión. Demostrándose fácilmente la progresión desde la fase operacional, a la funcional, técnica, hasta llegar a la conceptual o estratégica. Este autor considera, que el siguiente paso en esta progresión de niveles es necesariamente el nivel ético.

Puesto que a medida que la empresa se hace más compleja y competitiva, depende más de los trabajadores gestores, proveedores, distribuidores, acreedores, consumidores, propietarios, autoridades, ciudadanos y grupos de presión, los directivos necesitan incrementar la cooperación y compromiso con todos estos grupos. Para ello se requiere mejorar el comportamiento responsable de los directivos* y reconocer las responsabilidades sociales. De forma que esta visión más amplia y estas actuaciones, beneficiarán a las organizaciones adaptándose mejor a su cambiante entorno.

Siguiendo al profesor Hosmer, podemos analizar los distintos niveles dentro de la jerarquía de administración de las empresas, y podremos apreciar cómo la Teoría y Ciencia de la Gestión Empresarial y el comportamiento directivo se han movido, ascendiendo las diversas etapas o niveles, adoptando en cada uno un enfoque más amplio y un mayor nivel de abstracción. Los cinco niveles o jerarquía de las responsabilidades de los directivos a través de las cuales se va ascendiendo son:

A) El nivel operativo. En la base de la jerarquía de la administración. Para muchas pequeñas empresas, éste es el nivel primario de actividad y responsabilidad. No existe mucha necesidad de análisis cuantitativos en las áreas funcionales de marketing, producción o finanzas. Existe una limitada preocupación por los conceptos como economías de escala y alcance, barreras de entrada y curva de aprendizaje. No existe planificación y se adaptan de forma natural al entorno. 

B) Nivel de gestión funcional. Se comienza a planificar Las políticas de marketing se establecen a través de un análisis del nivel de precios, distribución y los instrumentos promocionales. 

C) Nivel de gestión técnica. Se gestiona la mejora de la actuación de los medios humanos y materiales, y se mejora la planificación. Se está a la búsqueda de mejoras, estableciendo nuevos métodos, procedimientos y productos, involucrando al personal, mejorando la captación y el tratamiento de la información. Las responsabilidades y actividades del directivo son más amplias, requieren una visión más extensa, y se hace precisa la coordinación de variables. 

D) Nivel conceptual. Se le denominó inicialmente, planificación estratégica o gestión estratégica. Se trata de encajar las oportunidades y riesgos del entorno con las fuerzas y debilidades de la empresa, y con los valores y actitudes de los directivos. Se crea la necesidad de construir una estrategia competitiva basada en las competencias básicas*. Se trata, por tanto, en este nivel de gestión, de establecer objetivos, obtener ventajas competitivas y construir competencias básicas. 

E) Nivel ético. El último nivel que debe ser alcanzado por la gestión empresarial en este ascenso conceptual y de progreso, consiste en el nivel ético. En esta etapa ética, los gestores tienen como cometido la distribución de los beneficios y de las cargas, evitando daños. En este nivel, las tareas de los directivos se relacionan con las responsabilidades de mejorar la cooperación y el compromiso de los diversos grupos que constituyen esta visión extensa de la organización. La creación de un ámbito comunitario, constituye otra responsabilidad de los responsables de la organización en sus niveles superiores.

Numerosos autores* estudian la influencia de los directivos, especialmente los de rango superior, en el comportamiento social de la empresa. Llegan a la conclusión de que constituye uno de los factores más importante si no el principal, siendo el compromiso de los ejecutivos de alto nivel con respecto a la ética organizacional y su aplicación real, de crucial significado. Cuando la acción no ética a la que se enfrenta el ejecutivo de marketing comporta ciertos riesgos, es más probable que se siga al tomar la decisión, lo que se cree que es la postura apoyada por los directivos.*