El concepto de responsabilidad social - III
Las empresas consisten en personas dentro y fuera de la organización, que pueden ser dañadas por las actuaciones empresariales. Se hace precisa una ética, puesto que la ley y los reglamentos oficiales no pueden cubrir las diversas especificidades organizacionales*.
Tal como acertadamente señala el profesor Hosmer**: “La ley frecuentemente no refleja los actuales valores sociales, los mercados no se ajustan a las preferencias a largo plazo de los consumidores, y los precios no incluyen los costes externos*** asociados con los productos y procesos”. Para este autor se hace precisa una visión extensa de las compañías, opinión que compartimos plenamente. Una empresa consiste en mucho más que la propiedad, los materiales que se usan, las personas que se emplean y los productos que se producen.
En esta visión, una empresa también consiste en un conjunto de relaciones con los proveedores, los acreedores, los trabajadores, la distribución y los consumidores individuales e industriales, además de toda una serie de relaciones con grupos y organismos del entorno, esto es, unas relaciones de dependencia e intercambio que implican una serie de responsabilidades.
En el mismo sentido se expresa el Catedrático de Política Económica, García Echevarría, al considerar la empresa más que un concepto económico. La evolución y el cambio rápido y constante del entorno, exige pasar de una concepción reglamentista, a otra en que la corporación se basa más en una coordinación bajo sistemas de valores.
La corporación se integra en los entornos económico-social y social-político, y viene definida por el hecho de la definición de normas de conducta, de su cultura, comportamientos, y también de la legitimación de su contenido, orientación, y de su filosofía empresarial. Los estudios respecto a la responsabilidad social de las organizaciones, se pueden agrupar en dos grandes áreas:
- Las relaciones entre las organizaciones y la sociedad. Las repercusiones en los diferentes grupos sociales de las actuaciones empresariales, en las minorías, los empleados, la mujer, los grupos menos favorecidos, la comunidad local****, los consumidores, los inversores, los competidores y la ecología, entre otros. Así como la puesta en práctica de la ética a través de los Códigos deontológicos, las auditorías sociales, Comités Éticos, los valores y la cultura empresarial, la formación ética de los empleados y directivos de las organizaciones, y toda una serie de mecanismos dirigidos a poner en práctica un comportamiento correcto por parte de estas instituciones.
- Las relaciones entre las empresas u organizaciones y las Administraciones Públicas. Analiza temas como la regulación legal***** de las actividades empresariales, la participación de las empresas en asuntos públicos******, los contratos con las Administraciones Públicas, las contribuciones a los partidos políticos, la presión de las empresas sobre los políticos y empleados públicos, los sobornos, el marketing que trata de influir en los políticos, y otros asuntos que afectan a las relaciones entre las empresas y el Gobierno, y que tienen implicaciones éticas.
El conocido autor en materia de gestión empresarial y divulgador de múltiples aspectos en relación a las tareas directivas en las organizaciones, Peter F. Drucker (1984)*******, manifiesta que la primera responsabilidad social de las empresas es la formación o acumulación de capital, puesto que es la base para el progreso económico, y la única forma de financiar la creación de puestos de trabajo, ya que el ahorro de las familias es muy reducido. Esta insuficiencia de ahorro familiar, puede constituir un problema de gran impacto en la economía, si las empresas no lo contrarrestan con una alta tasa de formación de capital. Tal como afirma el mismo Drucker P. F. (1984 pág. 60): “Es esta creciente responsabilidad de crear capital, la única que puede financiar los puestos de trabajo de mañana. De hecho, la más vieja y quizás única definición válida de “progreso económico”, es el cambio entre trabajos que requieren más inversión de capital por trabajador”.
En las economías modernas, la fuente más importante de ahorro y de formación de capital son los beneficios empresariales, manifestando Druker (1984)********, que el término beneficios se mal interpreta, puesto que sólo existen costes, los costes del pasado y del futuro, los costes del cambio social, económico y tecnológico, y los costes de los trabajos del mañana. Los beneficios son costes, costes financieros, y deben contribuir a la formación del capital necesario para el desarrollo económico, y para cubrir las demandas sociales y los recursos para propósitos no económicos.
Desde otro punto de vista, el mismo autor afirma, que la más propia responsabilidad social de la empresa es convertir los problemas sociales en oportunidades de negocios, y obtener beneficio económico a la vez que se resuelven los problemas sociales y se mejora la capacidad productiva, la formación, y se generan empleos y riqueza.
* La ética de las indemnizaciones en caso de expropiaciones por ejemplo , GOMES G. M. y MORGAN J. F. (1989) “ Unfair <<just compensation>> reforming eminent domain law for small business” Journal of Small Business Management, Octubre. Págs 17- 25.
** Dentro de las posibilidades que tienen las empresas de promover la ética y favorecer su posición competitiva, se encuentra la presión de las empresas sobre los órganos legislativos para que se adopten reglamentaciones que defiendan el entorno social o ecológico, y que permitan a estas empresas comportarse éticamente y no encontrarse en inferioridad competitiva con las que no tienen estas preocupaciones éticas. Este tipo de preocupación puede ser fuente de ventaja competitiva si la empresa, gracias al cambio legal, se encuentra en mejor posición por sus recursos o anticipación del cambio en la dirección ética. En este caso, los ejemplos de la literatura suelen referirse a grandes empresas como la Dupont, que ha presionado para que se adopte una legislación medio ambiental que favorece el medio ambiente, le permite a la empresa una mejor actuación social y a la vez por su pionera tecnología y concienciación le coloca en ventaja competitiva frente a empresas que contaminan más y no se han adaptado a una mayor concienciación social. Este análisis se encuentra en BRUMMER (1983) In Defense of Social Responsibility” Journal of Business Ethics Vol 2 págs 111-122. Este tipo de actuación es posible para empresas más pequeñas como demuestran las empresarias de Cadíz que han promovido una legislación de control sanitario de los erizos de mar, que beneficia la credibilidad del producto y la salud de los consumidores y que permite a sus promotoras que se preparan con antelación para conseguir este requisito en una posición de ventaja competitiva.
*** Argumenta a favor de la responsabilidad social de las empresas y los empresarios y no sólo la responsabilidad de gestionar bien, de hacer lo correcto desde el punto de vista de los accionistas, considerando que ciertos problemas sociales no es capaz de resolverlo el gobierno por falta de flexibilidad, iniciativa, o compromisos políticos y se manifiesta a favor de la privatización en la gestión de ciertos sectores como correos con las empresas de mensajería o los hospitales bajo la supervisión o la asunción de los costes por parte de la administración pública, en DRUCKER P. F. (1984) “The new Meaning of Corporate Social Responsibility” California Management Review. Vol 26, nº 2. Pags 53-63.
**** La utilización de bienes públicos, aparentemente sin coste como el aire o el agua, supone un problema de costes externos. Costes para la sociedad que no son reflejados en el sistema de costes de las empresas. Buena parte de los problemas ecológicos derivan de la falta de adecuación entre los costes que las emrpesas imputan a sus productos y procesos, y los reales costes sociales y ambientales de las actuaciones empresariales. La contaminación de los bienes públicos como los riós, responde a esta falta de incentivos para proteger un bien que deriva de su coste nulo para la empresa. Esta situación comienza a cambiar al recogerse los costes ambientales y surgir una nueva concienciación respecto a los problemas medio ambientales.
***** La organización Inglesa “Business in the Community” obtiene fondos de más de quinientas grandes empresas inglesas para llevar a cabo programas educación y desarrollo en las zonas deprimidas de las ciudades, tal como recoge SASSEEN J. (1993) “Companies Clean Up” International Managemant Octubre págs 30-32.