Las subvenciones de las administraciones públicas a las empresas privadas- Los sistemas de control de las subvenciones
6. LAS SUBVENCIONES DE LAS ADMINISTRACIONES PUBLICAS A LAS EMPRESAS PRIVADAS
Si bien actualmente parece existir un consenso sobre los efectos que determinadas intervenciones en la economía pueden acarrear, no se muestra tan claramente una opinión general sobre otras formas de intervención en la economía de las Administraciones Públicas, como es el caso de las subvenciones. Es una realidad que tanto la Administración Central del Estado como las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales, dedican buena parte de sus recursos a lo que podríamos denominar “actividad subvencionadora”. Se ha producido un incremento notable de las subvenciones pública, que contrasta con la inexistencia de una norma clara y codificadora que recoja en un todo organizado la variada y dispersa regulación sobre la cuestión.**
Desde el punto de vista del control, las subvenciones constituyen una actuación de alto riesgo, puesto que la Administración realiza el pago o concede el derecho con carácter previo, en la confianza de que la ayuda se va a destinar a los fines previstos, lo cual no siempre ocurre así.**
6.1. LOS SISTEMAS DE CONTROL DE LAS SUBVENCIONES
El sistema de control de las subvenciones o ayudas que las diferentes administraciones otorgan a las empresas, establece la obligación de los perceptores de colaborar con los organismos de control suministrando cuantos datos y documentos les sean solicitados. La complejidad normativa y reguladora, así como la diversidad de organismos que participan, hacen difícil atribuir responsabilidades concretas por las irregularidades o incidencias. Además, existen serias dificultades para la obtención de las cuentas y justificantes.
Las facultades coercitivas de los organismos que las conceden, así como sus facultades de control son limitadas, lo que facilita el fraude y la corrupción. La complejidad normativa y los problemas de aplicabilidad de las normas sobre subvenciones de las distintas Administraciones Públicas, así como las dificultades para la fiscalización, dificultan la gestión y el control de las subvenciones.
Se hace preciso establecer una coordinación entre las diversas administraciones, además de sistemas de control eficaces y una clarificación y simplificación normativa, aclarando conceptos, unificando procedimientos, garantizando la seguridad jurídica y facilitando el control.
Una parte importante de la actuación del Estado la integran las subvenciones y ayudas públicas. Se pueden identificar las siguientes prácticas irregulares:**
- Percepción de subvenciones superando el coste de la actividad a desarrollar por el beneficiario.
- Incumplimiento, total o parcial de los requisitos de concesión, o falsear los datos o documentos exigidos.
- Destinar parte de la ayuda a finalidades no incluidas en el objeto de la subvención.
- No facilitar a la Administración la información requerida o los datos imprescindibles para el seguimiento y control de las subvenciones.
- Incumplimiento de las condiciones impuestas al beneficiario con motivo de la concesión de la subvención.
Las subvenciones podemos clasificarlas en varios tipos, atendiendo a la finalidad que persiguen:
- Las subvenciones utilizadas como herramienta de solución a las externalidades. Como es bien conocido, en determinadas situaciones, la búsqueda por parte de una empresa del máximo beneficio, puede acarrear resultados negativos para la maximización del beneficio desde el punto de vista social. Este es el caso típico de una empresa que vierte sustancias tóxicas a un río, contaminando éste y dando lugar a graves perjuicios para grupos externos a la empresa. Desde el punto de vista de la empresa, en ausencia de una determinada medida estatal o social, la maximización de su beneficio se dará cuando no gaste nada en el tratamiento de los vertidos fuera de la empresa. Este grave problema de no concordancia entre el beneficio empresarial y social, se puede tratar de diversas maneras, siendo una de ellas la subvención. Otras posibles medidas son la aplicación de multas o impuestos en función del perjuicio causado, o una legislación específica que prohiba determinados niveles de externalidades negativas.
- Política social. Son aquellas que pretenden algún tipo de redistribución de la riqueza o de ayuda a determinados colectivos desfavorecidos. Este sería el caso de las muy frecuentes subvenciones a empresas de transporte, subvenciones recibidas a cambio de tarifas o líneas que favorezcan a colectivos sociales de menor poder adquisitivo o necesitados de algún tipo de protección.
- Política económica. Este tipo de subvenciones concedidas por las Administraciones a las empresas privadas, tienen la finalidad declarada explícita o implícitamente, de favorecer a un sector o a una empresa, o alguna forma específica de asignación de los recursos que se considera de interés y necesitado de ayuda por parte de los Organismos Oficiales.** Es este tercer tipo de subvenciones las que vamos a analizar a continuación, subvenciones concedidas por las Administraciones Públicas a empresas privadas con una finalidad de intervenir en la economía, potenciando determinados sectores o favoreciendo unas alternativas de asignación de recursos frente a otras. Para este análisis de los diferentes efectos de dichas subvenciones, partimos de un esquema general basado en el análisis de sistemas, estudiando los diversos sistemas y subsistemas implicados, así como las relaciones e influencias que se desarrollan.
Es por ello necesario el conocimiento de los costes generados en las distintas fases del proceso, así como su relación con los diferentes "productos" tratados por el sistema. Tratamos de llegar por tanto, a la cuantificación desde el punto de vista teórico, del impacto sobre una empresa concreta de la concesión de una ayuda pública, además del estudio de las repercusiones que dicha ayuda representa para la productividad y la asignación de recursos del sistema de empresas considerado de forma global.
** La competencia de los diferentes Estados de los Estados Unidos por atraer inversiones compitiendo en el reparto de subvenciones, ha sido criticado por ser una forma de dilapidar los recursos públicos, Economist (1993) “Business subsidies: Money to Burn” 14 de Agosto, pág. 45.