Cuida tu mente
Es vox populi que la mente controla al ser humano de manera evidente, aunque si lo miramos así, nos encontraríamos ante una visión algo preocupante para nosotros, pues estaríamos a merced de algo que en ocasiones no somos capaces de gobernar. Si bien es cierto que la mente es de gran importancia en cualquier proceso patológico de nuestro sistema, es más cierto aún que tenemos el poder de adiestrar dicha mente para emanar pensamientos y deseos positivos para el prójimo y para nosotros mismos.
Desde que somos pequeños formamos parte de un entorno familiar, étnico y social que va a determinar junto con otros factores nuestro comportamiento y nuestra manera de afrontar el día a día de nuestra vida. En ocasiones, numerosas creencias y frustraciones de nuestros ancestros y parientes son absorbidas por nuestro organismo, determinando así nuestra forma de ser y de vivir. Si tenemos la absurda creencia de que “es normal estar enferm@” o “es normal que tengamos dolor” vamos a estar más cerca de la enfermedad que de la salud, siendo entonces carne de cañón para procesos patológicos.
Por tanto, algo que favorecería estar sanos sería el librarnos de prejuicios sobre la normalidad de estar enfermos, el vivir cada momento disfrutando y absorbiendo lo realmente enriquecedor para nosotros, y el aprender a tener pensamientos positivos para nosotros y para los que nos rodean. De esta forma, nuestra mente estaría sana y nuestro cerebro libre de toxinas, previniendo así muchas enfermedades que hoy en día son muy comunes.
No nos olvidemos del corazón, que junto con la mente va a marcar nuestra pauta en esta vida, y seguramente con aún más intensidad. Pero en eso no vamos a adentrarnos en este curso… quizás en otro.
Simplemente decir que una buena vibración es el resultado de un buen equilibrio entre mente y corazón, y trabajando la primera repercutiremos sobre el segundo.
Centrándonos en la mente, es innegable la importancia y relación directa que tiene con el dolor físico. Pongamos un ejemplo…
Un reponedor de supermercado que está toda su jornada subiendo y bajando cajas de los estantes… como bien sabes, su espalda y sus hombros van a estar sometidos a tanta carga que es posible que sufra contracturas en un tiempo.
Pero vamos más allá… por cada caja que suba o baje lamentándose de lo duro de su trabajo es más probable que su daño en un futuro sea mayor al de una contractura. Si por el contrario, por cada caja que suba o baje dice para sí mismo “ésta vale por una cerveza a pie de playa con mi familia” o “ésta vale para el regalo de Reyes de mi hija”, su mente actuará en favor suyo, activando neurotransmisores que van a aportarle más energía para su trabajo, el cual hará también con más alegría.
Por tanto, ¿no crees que es importante tener una mente sana para ser feliz y vivir mejor? Si tu respuesta es sí y quieres conocer pautas y maneras para conseguirlo, aquí te presentamos una lista de hábitos saludables para alcanzar una mente sana:
- Pasea todos los días 30 minutos (al menos) por un lugar poco concurrido, cercano al mar o a la montaña. También es válido un bosque o un camino libre de ruidos y estructuras arquitectónicas. Mientras paseas siente tu respiración y visualízate caminando, como si estuvieses viéndote desde arriba.
- Realiza alguna disciplina deportiva o de relajación corporal por lo menos tres veces por semana. Yoga y Pilates son idóneos, entre otros muchos.
- Duerme al menos 7 horas, e intenta estar en la cama antes de las 12 de la noche. Antes de dormir ten al menos tres pensamientos positivos para ti mism@ o para el día siguiente, así empezarás la mañana con mejor perspectiva.
- No te castigues cargándote de responsabilidades que no son tuyas, y no tengas expectativas cerradas, pues si no se cumplen te frustrarás.
- Ten siempre claro lo que quieres y haz lo posible para conseguirlo, pero teniendo presente que formas parte de un universo enorme y poderoso, y que obtendrás lo que en ese momento corresponde para ti.
- Saborea cada momento que vivas y no pienses en lo que podrías estar haciendo en otro lugar distinto al que te encuentras.
- Vive tu vida sin importarte como la viven los demás y no juzgues a nadie, por muy distinta que sea tu manera de ver y de vivir la vida a la de los demás.
- Envía pensamientos positivos a tus seres queridos en los momentos que más lo necesiten.
- Se consciente de lo que tu cuerpo necesita en cada momento, no yendo en contra de su naturaleza y respetando cada parte de él.
- Se consciente de que todo proceso patológico es una señal de alarma de tu cuerpo, el cual te está pidiendo un cambio en tu día a día o en tu manera de vivir la vida.
“Lo esencial es invisible a los ojos”
El Principito