Elaboración de dietas específicas para personas mayores
Conocemos con los términos "dietética" y "nutrición" a los efectos que tienen los alimentos sobre el organismo y las transformaciones que sufren en él. La "dieta" se puede definir como el conjunto de alimentos que necesita consumir una persona en función de las condiciones y necesidades que tenga.
Factores que influyen en la alimentación de un anciano
1. Patológicos: todas las enfermedades que se dan en personas mayores tienen como consecuencia que el anciano deba consumir un elevado número de medicamentos, y esto al mismo tiempo, altera el gusto y el apetito, pudiendo llegar a darse vómitos, náuseas, diarreas, etc… también se pueden dar cambios en la función cardiovascular, neuromusculares, en el sistema pulmonar, dificultad de funcionamiento del hígado, alteraciones en el sistema endocrino…
2. Psicosociales y económicos: la soledad y el aislamiento está asociada a la falta de apetito, el bajo poder adquisitivo (bajas pensiones), ignorancia a los hábitos saludables, depresiones, desinterés por la imagen, disminución de la actividad física, aislamiento por vivir en las afueras de los pueblos.
Requerimientos calóricos en la alimentación de un anciano
La disminución del metabolismo basal y de la actividad física determina una menor demanda de calorías a medida que avanza la edad.
-Proteínas: la proteína corporal aumenta desde el nacimiento, y alcanza su nivel máximo a los 20 años. Desde ese momento empieza a disminuir y lo hace de manera más rápida en los hombres que en las mujeres, llegando a representar solo el 60% de lo que representaba en la juventud.
-Vitaminas y minerales: se ha llegado a la conclusión, tras varios estudios, que un anciano que consuma 1500 calorías y tenga una dieta poco variada toma el aporte necesario de vitaminas y minerales, ya que los minerales se encuentran distribuidos prácticamente en todos los alimentos.
-Hierro: es muy frecuente encontrar anemias y otras enfermedades características por la disminución de hierro en la sangre, por tanto debemos aumentar los alimentos ricos en esta sustancia, en ácido fólico y vitamina B12.
-Calcio: es muy recomendable aumentar los lácteos y derivados, ya que una de cada cuatro mujeres, según las estadísticas, pueden sufrir osteoporosis después de la menopausia, y en general, es aconsejable para evitar que algunas fracturas se compliquen más de la cuenta.
-Agua: es muy necesaria para la mayoría de procesos del cuerpo. Para la digestión, para regular la temperatura corporal, arrastra productos de desecho… los alimentos en sí, ya suministran agua en mayor o menor cantidad según el alimento del que hablemos. El agua antes de ser ingerida como tal es aconsejable que esté totalmente depurada para evitar el contagio de enfermedades.
Normas para una correcta alimentación de los ancianos
Una dieta sobre todo debe cumplir las necesidades diarias de cada individuo, aportando cierta cantidad de calorías y nutrientes, debe amoldarse a los hábitos y patologías de cada persona, y no ser excesivamente cara.
Debe existir un equilibrio en la misma que asegure el aporte energético y de nutrientes, elegir los alimentos preferidos del sujeto, elegir un menú diario que no suponga grandes complicaciones a la hora de prepararlo, pero sobre todo, lo más importante es “educar nutricionalmente” a la persona para que se convierta en autónomo a la hora de desarrollarla y llevarla a cabo.
Para una correcta manipulación de los alimentos, en primer lugar, se deben tener las manos limpias para evitar contaminaciones, no se debe descongelar la carne a temperatura ambiente y es aconsejable cocinar de inmediato y no volver a congelar. No se debe consumir conservas de carne cruda, el pescado debe estar fresco a la hora de comprarlo, no consumir huevos con la cascara rota o agrietada, no consumir elementos enmohecidos ni guardar lo sobrante en el frigorífico.
A la hora de preparar los alimentos debemos considerar las limitaciones masticatorias de las personas mayores (preferiblemente elementos cocidos, a la plancha, asados, triturados…), se moderarán los alimentos fritos, se pueden aderezar tanto carnes como pescados con un toque de limón, las ensaladas deben contener hortalizas frescas, en trozos pequeños y sin abusar del aceite. Las frutas pueden presentarse en compota o zumos y las legumbres se cocinarán bien consiguiendo que su piel se ablande y no se condimentará con alimentos excesivamente grasos como chorizo, tocino, etc…
Elaboración de la dieta
1. Determinar el valor calórico diario necesario.
2. Elaborar una proporción adecuada de principios inmediatos: proteínas, hidratos de carbono y grasas.
3. Aporte de vitaminas y minerales.
4. Administrar la cantidad suficiente de agua y líquido.
5. Seguir las recomendaciones nutricionales para prevenir las enfermedades relacionadas con la alimentación (HTA, cardiovasculares, colesterol, diabetes, obesidad, etc…).
Con respecto a las grasas diremos que son una fuente importante de energía pero no debe excederse con los alimentos que contengan gran cantidad de la misma (tocino, embutidos,mantequilla, etc..).
Los hidratos de carbono deben ser los que abundan en las patatas, cereales, legumbres… evitando los azúcares.
La fibra debe administrarse lo suficiente ya que, aunque no aporte calorías, es muy sana para el buen funcionamiento del tracto digestivo.
El alcohol aunque aporte 7 kcal/g, por sus efectos perjudiciales, no debe incluirse en ninguna dieta.
La sal, salvo patologías muy concretas, no debe prohibirse a todos los ancianos, ya que una dieta insípida puede quitar las ganas de comer. Se deben disminuir todos aquellos productos que contiene demasiada como salmueras, carnes y pescados curados en sal, frutos secos…
