Aplicación de Reiki
Con la información compartida en las lecciones anteriores, ahora podemos hablar de la aplicación Reiki a los demás.
El mejor orden es estableciendo las siguientes fases dentro de la sesión:
Preparación, Tratamiento y Conclusión.
La Preparación: consiste en aquellas prácticas que el terapeuta realiza antes de la llegada del receptor, o también ante éste de un modo breve o resumido.
Por ejemplo, la meditación/mantra del Buda de la Medicina, oraciones y afirmaciones como el Yo Soy y otras fórmulas que nos permitan sintonizarnos con un plano elevado de consciencia, para subir nuestra vibración y energía y obtener una motivación generosa y altruista.
Durante el tratamiento de Reiki-I, debemos mantener una actitud amable y atenta hacia nuestro receptor, desde el primer contacto.
Es importante relajarse y confiar en el flujo de la energía, pues lo que está sucediendo es en realidad un proceso más sutil que la transferencia espaciotemporal de energía: la apertura virtual del receptor a un campo saludable de información...el cósmico.
Recuerda que se trabaja sobre el plano causal o kármico, por encima de la materia y del intelecto conceptual.
Puesto que en nuestra preparación hemos invocado a los Guías o llamado a la presencia de la Luz, todo se desarrolla automáticamente, a nuestro modo de ver.
El Reiki-I se aplica impersonalmente, tan sólo poniendo las manos.
La intención consciente es la que abre el flujo.
Tus manos estarán el tiempo necesario en el lugar adecuado.
Por supuesto, puedes añadir otros medios de sanación complementarios y armoniosos, a tu entender, como el mantra, el canto, la Aromaterapia, la música, el color, los aceites esenciales, entre otros.
También puedes pedirle al receptor que te acompañe con determinada práctica por su parte, como Bio-respiración o visualizaciones, si lo encuentras oportuno, y especialmente tratando un caso de psicoterapia.
Siempre es muy valioso el trabajo de uno mismo para su propia sanación y realización; pero como terapeuta tendrás que evaluar si tu paciente o receptor tiene la capacidad en ese momento de auto ayudarse de una determinada manera; mientras recibe tu ayuda que le dará las fuerzas y enseñanzas necesarias y apropiadas para ese momento.
En este sentido, cuanto más valore el Reiki y tu trabajo, más rápido será el efecto que tu ayudado recibirá, pues su campo personal de información ya tendrá parte del terreno libre de parásitos (mentales-emocionales) para incorporar los mensajes del Reiki.
El Reiki no tiene contraindicaciones, pero, como toda práctica de alto nivel (como las meditaciones Tantra o Tao), sería absurdo ponerle obstáculos mezclándola con remedios menores que supongan mensajes limitantes al subconsciente.
Por tanto, las terapias vibracionales funcionarán a favor del tratamiento Reiki y los medios alopáticos.
Por lo menos contarán con un colchón de protección para reducir sus efectos secundarios.
Es en el terreno de la palabra, usada en psicoterapia, por ejemplo, que hay que cuidar una formulación verdaderamente sabia, compasiva y hábil.
En este caso, el Reiki será el aspecto implícito de una guía oral inspirada, si podemos ofrecerla.
A su vez hay que favorecer el estado relajado y abierto del receptor, como base de todas las modalidades que he comentado anteriormente.
Una conversación entre el terapeuta y el receptor puede ser muy buena para reducir las resistencias de éste último y ayudarle a tomar y mantener una actitud abierta y relajada para mejores resultados.
La conclusión es poner el sello a la tarea.
Esto es consagrar el poder generado durante la sesión a determinado fin, junto con el bien general de los seres y el despertar espiritual de todos ellos.
A esta etapa, en el Budismo se le llama "dedicación de los méritos".
Si nos la saltamos, por descuido, se reducirá la consistencia del vínculo kármico positivo intentado con la preparación y el tratamiento, pues es en la fase final cuando hay algo que podemos tomar y moldear, gracias al trabajo realizado.
Esta energía movilizada y los cambios causales introducidos en el continuo espiritual del receptor, deben ser estabilizados y esta es la misión de las poderosas fórmulas de dedicación o sellado.
Podemos emplear las que nos propone la tradición espiritual más afín a nosotros o encontrar nuestros propios decretos kármicos.
En Reiki-II ciertos símbolos tienen también esta aplicación.
En todo caso, deberás considerar siempre que el Reiki es amor y compasión, inseparables de la sabiduría, como en todo camino de evolución espiritual.
Y que este amor compasivo se tiene que llamar, sentir y aplicar en forma de acción generosa durante el tratamiento, aspirando afirmativamente, declaradamente, para que se manifieste en todos los niveles de tu ser y el del receptor: cuerpo, energías, mente y espíritu.
Así, la consagración final es una creación del mismo amor acumulado durante toda la sesión.