Controlando la Energía a través del Yoga
Relacionar el Reiki con el Yoga es completamente coherente, pues ambas son ramas de un mismo árbol.
Por eso, en preparación para obtener el tercer grado Reiki, se recomienda llevar a cabo un trabajo psico-corporal superior en uno mismo.
En la medida que templamos nuestros nervios o canales, permitimos que fluyan cantidades superiores de Chi o Ki a nuestro sistema viviente.
Nuestro Reiki se vuelve más poderoso porque encuentra una resonancia o armonía en nuestro campo energético, con su elevada vibración original.
Beneficiando al receptor con un Rei-chi-kung homogéneo y de calidad, en el que las energías personales y las transpersonales circularán unificadamente hacia su aura.
Al mismo tiempo, estos beneficios del Yoga Chi-Kung son altamente positivos en la preparación del reikista como Iniciador o transmisor de los grados Reiki a otras personas.
No hay que olvidar que el Reiki como Gracia es un regalo.
Pero eso no cambia que haya personas que son reikistas naturales a partir de un perfecto desarrollo de su potencial, de un estado evolutivo completo, sano y espiritual.
Este es el Reiki que tenemos que alcanzar, el que logramos por mérito propio, y del que el Reiki enseñado y potenciado es solamente un catalizador.
Esto significa que tenemos que seguir trabajando en nosotros mismos.
El Reiki mismo es una valiosa herramienta, para realizar todo nuestro potencial cuerpo, mente y espíritu, de manera que manifestemos una coherencia entre nuestra personalidad y los dones que canalizamos.
El Yoga es universalmente el medio de cultivo, el factor invisible del Reiki, Chi o Prana, para todos los auténticos practicantes espirituales.
Si el sistema Reiki de Usui vino a la Tierra, es porque él era un yogui que fue capaz de atraerlo.
Cada uno de nosotros no tenemos porqué sentirnos menos.
