Generalidades sobre el Reiki
El sanador, no es producto de una breve ceremonia, sino de un cultivo que hace madurar las semillas de la iniciación recibida.
Por eso es importante dedicar tiempo al trabajo espiritual sobre sí mismo y al auto tratamiento Reiki de manera cotidiana.
Esto para fortalecer las facultades y la sensibilidad que se está abriendo en cuanto comienza la formación como terapeuta Reiki.
No es para desdeñar en la ignorancia de que aunque el Reiki sea un néctar que nos ayuda a nosotros primero, por canalizarlo, tanto como al que lo recibe, nuestro propio grado de desarrollo humano, energético y espiritual.
También es transferido al receptor, junto con el Reiki, aunque éste minimice los efectos inoportunos y nos mejore a todos los involucrados.
Cuanto más realizados y sanos estamos, mejor es la calidad del Reiki que estamos dando y compartiendo.
Esto no quiere decir que en algún caso la balanza deje de ser enormemente positiva, pues siempre el beneficio del Reiki compensa más allá de los posibles defectos o carencias del canal.
Se recomienda todo medio de purificación del cuerpo-mente, como la dieta natural, el yoga y la meditación.
Además, para merecer el grado segundo de terapeuta psíquico Reiki, hace falta entrenarse en la visualización, así como en el Yoga de los canales de energía para alcanzar la maestría.
Esto corresponde al modelo de la tradición tibetana, donde los yoguis tántricos pasan por las llamadas etapas de generación (visualización de mandalas e identificación con arquetipos de luz) y de complemento (dominio del prana/ki en el organismo y los elementos por medio del Yoga supremo).