Pausa Frónica
Querido lector, después de haber llegado hasta aquí, te doy las gracias y te invito a que te relajes haciendo la técnica siguiente.
Siéntate cómodamente en la silla. Empieza a respirar por el abdomen, el aire entra y sale, muy agradable, empieza a desconectar del mundo exterior, colectándote con tu mundo interior. Como tomándote unas mini vacaciones, sin problemas, sin ningún tipo de preocupación, continuas respirando el aire suave y plenamente y vas aflojando los músculos de la cabeza, la cara, muy agradable.
Aflojas los músculos del cuello y nuca, agradable. Continuas respirando el aire abdominalmente, afloja los hombros, los brazos, los antebrazos, las manos, los dedos, sensación de profundo bienestar; aflojas el tórax y la espalda de arriba abajo, sensación de tranquilidad y de calma.
Relajas el abdomen y con cada respiración continúas relajando un poco más y más.
Aloja el bajo vientre, los glúteos, las piernas y los pies. Siente como una agradable sensación inunda toda esa zona, muy agradable. Este sentimiento profundo de bienestar te hace sentir seguro y contento, sin tensiones sin preocupaciones, todo está en calma, tu estás en paz.
Ahora inspira el aire con fuerza, retenlo, tensa todo tu cuerpo hasta el límite de la resistencia sin respirar, expulsión, relax, relajación.
Disfruta durante unos minutos de esta sensación tan agradable de ausencia de tensiones tanto físicas como mentales. Programa tu mente para que estas sensaciones queden presentes en ti durante el resto del día.
Ahora te preparas para volver al estado de vigilia normal; empiezas moviendo suavemente los dedos de os pies, las piernas, respiras el aire con fuerza y estiras los brazo, primero con suavidad, después con un poco más de intensidad, disfrutado de aquellos movimientos que te apetezcan hacer, respiramos con más vigor, y cuando estés preparado, puedes abrir los ojos.