Relajación Dinámica de Caycedo Grado 2
No se porque motivo, pero es segundo grado de la RDC, fue mi favorito durante un tiempo, todavía lo practico mucho, pero al acabar los 2 primeros años de formación, este grado era el que más practicaba. Se trata de la contemplación, Caycedo se inspiró el budismo tibetano para crear el segundo grado del método, el cual es considerado como una pedagogía vivencial de la contemplación.
En el segundo grado se toma consciencia de pensamientos, emociones, sentimientos. Es una técnica muy eficaz pues te permite estar consciente tanto de pensamientos positivos como de negativos y del impacto emocional de estos. Gracias a ese continuo estar consciente de los pensamientos, podemos programar pensamientos positivos y eliminar pensamientos negativos, no es negar que existan, pero si de que ya no nos interesan tenerlos, es tomar absoluta responsabilidad por mis pensamientos lo que me va a permitir el controlarlos. Creo que es conveniente que aprendamos que no hay que tener miedo de algunos pensamientos, pues eso mismo los hace más poderosos. Al principio parece difícil pues todos tenemos miles de pensamientos, pero es totalmente beneficioso el ir entrenando a la mente en el arte de la contemplación.
Siempre que termino este grado me siento muy feliz. Antes pasaba casi una hora entera practicándolo, pero he aprendido a abreviarlo y lo hago en la mitad del tiempo con los mismos beneficios.
En el segundo grado aparece una postura nueva llamada postura ISOCAY que según Caycedo, es la postura del método. Nos sentamos en la silla con la espalda recta sin tocar al respaldo de la silla, las manos sobre las piernas, la cabeza un poco inclinada hacia abajo y la lengua contra el paladar, esta postura nos mantiene despiertos y alerta, y nos hace darnos cuenta más claramente donde están las tensiones en el cuerpo y de todos los pensamientos de la mente. Es una postura totalmente adaptada al modo de vida occidental, como el resto del método.
Al principio esta postura no me gustaba nada, me dolía mucho la espalda, pero poco a poco he ido conquistándola y ahora la utilizo con frecuencia cuando estoy sentado, me descarga mucho.
Al igual que en el primer grado, se trabajan los cinco sistemas isocay, pero en este grado la posición de pie (postura de primer grado) no aparece. Tenemos la postura del segundo grado, sentados con la espalde tocando en el respaldo de la silla y la postura isocay.
Al finalizar se hace una pequeña meditación sobre la paz que a mi personalmente me encanta por su sencillez y efectividad.
Pero para sacar el mayor provecho a este grado hay que practicar, ya que hay veces que si uno no está donde tiene que estar es mejor dejarlo y continuar más tarde.
Montse Anadón también fue profesora mía en el instituto, y fue la primera persona que nos dictó esta técnica, todavía la tengo grabada, fue antes de modificar el segundo grado. Me encanta esta cinta, pues Montse habla claro, con fuerza y con mucha calidez al mismo tiempo, es una combinación explosiva que te hace concentrarte directamente con la técnica y abandonar cualquier historia que no tenga nada que ver con lo que se está haciendo en ese momento.
Cuando empezamos en el instituto con el segundo grado significaba que ya estábamos en el ecuador del curso primero.
Para entonces ya nos conocíamos todos lo compañeros, creo que alguno ya se lo había dejado aunque no se cuales eran sus motivos.
Cristina, Olga, Belén, Ana Maria, Silvia, Oscar, Agustín…etc. nos íbamos a comer juntos, todos hablábamos sobre nuestras expectativas para cuando terminásemos el master.
Por las tardes, después de alguna clase teórica realizábamos las prácticas. Yo recuerdo que al principio sentía taquicardia por eso de hablar utilizando el ritmo que nos sugerían. Poco a poco fue desapareciendo esa sensación de angustia y ahora realmente disfruto de dictar las técnicas, yo soy el que dicta y siento que también soy uno que está con el resto de la gente haciendo las técnicas. Es como si el sofrólogo estuviese teniendo vivencias en dos dimensiones al mismo tiempo.
Otra de las compañeros que recuerdo, la cual no terminó con nosotros, quizá en otra promoción era una señora que vivía en Galicia pero nacida en Buenos Aires, tenia una voz muy dulce, era dentista y quería utilizar la sofrología para calmar a sus pacientes. Seguro que lo conseguiría, con su acento y el ritmo de habla sofrológico sus pacientes no necesitaría ni anestesia.
Me había acostumbrado a partir hacia Barcelona el día anterior al curso, y me alegro de haberlo hecho, pues descubrí Barcelona, me encanta Barcelona. A pesar de que es una gran ciudad, uno se siente como en su casa.
Recuerdo que por las noches cuando terminaba de cenar me iba a dar un paseo, caminaba, caminaba,, …menos mal que siempre llevaba un mapa conmigo porque muchas veces no tenia ni la más remota idea de donde había ido a parar , casi siempre descubría un parada de metro que me llevase de regreso cerca de donde me alojaba.