El arte de integrar
La forma común de actuar del ser humano es la de evitar vivir determinadas sensaciones desagradables en su interior, generando una conducta escapista.
Desde nuestra niñez e inconscientemente generamos una herramienta de supervivencia que consiste en negar y no querer sentir determinadas emociones como la tristeza, la culpabilidad, la angustia… sensaciones que no nos agradan, aunque eso suponga cargar con un malestar emocional que impide una vida saludable y ligera.
A partir de ese momento generamos patrones de separación, marcando lo que es bueno y lo que es malo, lo que debemos vivir y lo que no. Esta conducta nos lleva a la negación de una parte de nosotros/as, creando un malestar general, el cual, si no es gestionado puede llegar a generar enfermedades físicas.
Cada sentimiento, sensación desagradable o agradable es parte de ti, negarlas solo aumenta el malestar. El camino comienza por la ACEPTACIÓN E INTEGRACIÓN de cada pensamiento, emoción, sentimiento; darle espacio a cada parte que conforma lo que eres, escuchando con respeto y agradecimiento sin juzgarte. Solo podemos vernos y conocernos si dejamos de evitarnos y damos paso a CONOCERNOS TAL Y COMO SOMOS.
Se trata de transformar aquello que no nos gusta de nosotros/as para que pueda suceder un cambio hacía algo positivo.