Leyes Espirituales 1
Las Leyes Espirituales
Hace unos 6 mil años y mientras Moisés subía al monte Ararat para recibir de manos de DIOS las tablas de la Ley (Los 10 Mandamientos), su hermano Aarón, modelaba en oro un becerro hecho con las joyas y adornos de mujeres y hombres hebreos. Una vez esculpido, gran parte de ese pueblo judío se dedicó a adorar a su nuevo dios; a embriagarse, a bailar y a cometer actos lascivos, por lo que fueron castigados una vez que bajó Moisés del Monte.
Y así como hace milenios, la mayoría de la gente aún venera al Becerro de Oro, simbolizado actualmente por el dinero; hoy como en esa época, mucha gente sigue adorando a dioses falsos, a la “santa muerte” (ahora resulta que es santa) y creyendo que con ritos mágicos de hechicería pueden obtener dinero, venganza, fama y poder. (La Atlántida se destruyó por el mismo motivo).
No saben que el pecado no es hijo de la maldad sino del egoísmo y que el egoísmo es hijo de la ignorancia. Esto significa que pecamos por ignorantes.
Habiéndonos creado DIOS de su propia esencia y conforme a su Imagen y semejanza espiritual, su plan es que tengamos que pasar por miles de experiencias, de todo tipo, con el objeto de que lleguemos conscientemente a ÉL.
No importa ni el tiempo que tardemos ni el camino que escojamos para llegar, y para tal objeto, en todos los lugares y en todas las épocas, ha habido y habrá instructores espirituales que enseñen las limitaciones a nuestra conducta; limitaciones ajustadas a leyes espirituales elementales y que nosotros hemos conocido sintetizadas en los Diez Mandamientos de la Ley de Dios.
Es obligación de todos los Cristianos y de los adeptos de religiones que los tengan como lineamientos, los conozcan, los acaten y los practiquen, y sería muy conveniente para todos ustedes no sólo el repasar mentalmente este Decálogo que viene rodando de pueblo en pueblo, muy legendariamente, sino analizar uno por uno de SUS preceptos, para tener una idea más clara y precisa del alcance de ellos, pues la vida de cada uno se simplificaría de ajustarse cada vez más a su profunda verdad:
- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
- No jurarás el nombre de DIOS en vano
- Santificarás las fiestas.
- Honrarás a tu padre y madre
- No matarás.
- No fornicarás.
- No hurtarás.
- No levantarás falso testimonio ni mentirás.
- No desearás la mujer de tu prójimo.
- No codiciarás las cosas ajenas.
También existe un precepto que es básico en todo momento y en todo lugar:
“No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti”.
Ahora iniciaremos a revisar, en forma sucinta, algunas de las leyes espirituales universales a las que estamos sujetos todos los seres humanos, creamos o no, nos gusten o no, las conozcamos o no; resaltando que nunca podemos esperar que las leyes espirituales fallen, no operen, o que a veces si apliquen y a veces no. Y que con brujería o ritos mágicos se puedan violar y evitar sus consecuencias buenas o malas.
A partir de este Blog y en los siguientes, veremos una ley espiritual por Blog.
1.- LEY DE EVOLUCIÓN
Esta ley es y ha sido fundamental para que la humanidad haya llegado hasta la actualidad no sin antes haber pasado del hombre primitivo al actual ser humano intelectual.
Y no es que esta ley se apoye en la teoría de la evolución de Charles Darwin; la ley de la evolución nace desde el mismo Big Bang (la gran explosión que ocurrió hace 20 mil millones de años) que es el principio del universo.
La ley de la evolución preconiza que todos los seres vivos pasan de un estado a otro y de una conciencia a otra, así como de una vida a otra para adquirir todo tipo de experiencias que les haga acercarse, cada vez más a la perfección por si mismos, dado que la evolución, en este caso del hombre, sólo se consigue por el esfuerzo propio.
Esta Ley la mencionó el Maestro Jesús cuando aseveró: “de cierto os digo que el que en mi cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que estas hará, porque yo voy al Padre”.
Con estas palabras sentenció que quien siguiera Su ejemplo, Sus enseñanzas y Su camino, hará alguna vez lo que Él hizo, y que eso a su vez era el grado máximo de evolución en la tierra, ya que con ello lograrán su unificación con DIOS. “Porque yo voy al Padre”, es decir, que Él había ya cumplido con todo lo necesario en el camino de evolución, comprensión y perfeccionamiento, meta consciente de esta Ley. Es pues, a través de la LEY DE EVOLUCIÓN que DIOS surge en nuestras conciencias, cada vez más poderoso, más comprensible y más necesario para la vida cotidiana de cada uno.
Esta ley también postula que no hay una vida fallida o desperdiciada; hasta el más perverso asesino tuvo, en su vida, un avance espiritual.
Colofón de este Blog: El ser humano es una entidad divina, pero como no lo sabe; tiene que ir develando, como en una cebolla, cada capa, que es una vida, los miles de experiencias y vivencias que lo llevarán fatalmente (inevitablemente) hacia la adquisición de una mayor conciencia espiritual y ser uno con DIOS.
Hasta el próximo Blog
Prof. Reynaldo A. Serrano
profserrano90@hotmail.com