Existen múltiples sistemas
para establecer los precios. Algunos de los más empleados
son los siguientes:
En Función de los Costes. Uno de los sistemas más
utilizados en la fijación de precios es partir de los costes
del producto y añadirle unos determinados márgenes.
En Función de la Competencia. Analizamos la fuerza
competitiva, los precios a los que venden los competidores y los
tomamos como referencia para establecer nuestros precios.
Analizando los consumidores. Estudiando los consumidores
y los precios que están dispuestos a pagar por un producto
o servicio. Partimos de las percepciones de los consumidores y
de sus preferencias.
Partiendo de datos históricos Una forma usual aunque
poco científica de establecer los precios es partir de
los precios del año anterior y aumentarlos en un cierto
porcentaje
Factores determinantes del precio.
En Función del Tiempo. Adaptamos el precio a las
circunstancias del mercado en función de la temporada,
el día o la hora. De esta forma, fijamos diferentes precios
para el mismo producto dependiendo del día y de la hora.
Para las empresas de servicio que no pueden almacenar por tanto
su oferta la gestión de precios en función del tiempo
es fundamental para tratar de ajustar la demanda a su oferta.
La habitación que hoy se queda vacía en un Hotel
es un ingreso perdido sin remedio, una venta imposible de realizar.
Por ejemplo, es conocida la gestión de precios que realizan
las empresas turísticas variando las tarifas en función
de la demanda de cada temporada. Otros sectores como los cines
suelen variar los precios dependiendo del día de la semana
o la hora del día. Las compañías telefónicas
son un buen ejemplo de gestión de precios dependiendo de
la hora del día.
Dependiendo del grupo poblacional. Diferentes grupos poblacionales
tienen una distinta sensibilidad al precio. Distintas personas
están dispuestas a pagar un precio distinto por un producto
o servicio. Por ejemplo los ejecutivos que viajan pagados por
sus compañías y tienen que viajar en unas fechas
concretas tienen menor sensibilidad al precio que los estudiantes.
Por zonas geográficas. Otra posible estrategia
de precios consiste en mantener precios diferentes en función
de la zona donde se vende el producto. Dependiendo de la competencia
y de las características de los consumidores de cada zona
fijamos un precio distinto. Una muestra, por ejemplo, de estas
estrategias de precios la ofrecen las compañías
aéreas que venden el mismo asiento y para el mismo trayecto
del avión a distinto precio si se compra en Estados Unidos
o en Madrid
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