Camille Claudel
Camille Claudel pasó a la historia como la amante, musa y alumna de Rodin, pero fue mucho más que eso, fue una excepcional escultora cuyo talento no sería reconocido hasta años después de su fallecimiento.
Hermana del afamado escrito Paul Claudel, Camille nace en un pequeño pueblo entre Reims y París (según unas fuentes Villeneuve-sur-Fère, según otras Fère-en-Tardenois; separadas 5 kilómetros la una de la otra) el 8 de Diciembre de 1864.
Desde edades muy tempranas Camille mostrará el talento excepcional que posee para el arte esculpiendo en barro a los integrantes de su familia, por lo que en 1880, aconsejados por Alfred Boucher y con motivo de la entrada de Camille en la Academia Colarossi, su familia cambia su residencia a París.
Se abre un nuevo horizonte para la artista, que tendrá que hacer frente a los prejuicios de la época a que una mujer se dedicase a alguna tarea que no fuese las propias del hogar, y a la oposición férrea y radical de su madre.
En 1882 participará en su primera exposición conjunta con su obra titulada “La vieja Helena”, que obtendrá críticas positivas.
Esto le hace dedicar nuevos y mayores esfuerzos a su trabajo, y en 1883 conocerá a Rodin, quien ya era un afamado escultor y el que dará un giro radical a su vida, tanto en lo positivo como en lo negativo.
Camille Claudel.
Rodin, quedará prendado de su talento como artista, a la par que de su belleza, lo que hace que la invite a formar parte de su grupo de ayudantes en su taller.
Camille acepta de inmediato, estableciéndose al poco tiempo una relación que trascenderá lo profesional, llegando al plano personal, provocando incluso que el artista alquile un estudio-taller lejos de las miradas indiscretas de los otros ayudantes y de los comentarios malintencionados e hirientes que circulaban por París.
Camille trabajando.
En ese estudio darán rienda suelta a su pasión y surgirán de la mano de Camille obras tan importantes como “Sakuntala” (1888), “Busto de Rodin” (1889), “El vals” (1892), “Clotho” (1893) y “La edad madura” (1895).
Todas estas obras son de una excepcional calidad, lo que hace que surjan dudas acerca de la autoría de Camille, llegando a extenderse la creencia de que detrás de tan magníficas obras se encontraba Rodin; aunque éste lo negase.
Esto hace que Camille enfurezca, el alejamiento sentimental con Rodin es cada vez más evidente, y los sentimientos de abandono (Rodin tenía una esposa a la que nunca abandonaría) y humillación son más intensos.
Cansada de vivir a la sombra del maestro decide poner fin a su relación en 1898 y recluirse en su casa para centrarse en su trabajo, pero no lo logra del todo y surgen determinados problemas económicos.
Empieza a sentir un profundo odio y por todo lo que rodea a su relación con Rodin, y en cierto modo furia por lo que pudo haber sido como artista y lo que era en ese momento, justo por haber vivido a la sombra del escultor.
En 1905 crea “El abandono”, tras lo que empieza a sufrir ataques de locura e ira y destruye todo lo que encuentra a su paso por el taller donde trabaja, acabando con todo.
Su padre (junto a su hermano menor) se convierte en su gran apoyo, especialmente durante las cada vez más frecuentes crisis nerviosas.
En 1913 morirá éste, lo que hace que su madre la interne en un recinto psiquiátrico en Ville-Evrard para a los pocos meses hacerlo en Montdevergues, donde le diagnostican “manía persecutoria” entre otras cosas.
Ansía salir del recinto para poder volver a su casa, escribiendo a su hermano innumerables cartas en las que describe su estancia en el manicomio como una pesadilla que viene tras un sueño, como calificaba su vida antes de su enfermedad.
Suplicaba que no le dejaran allí sola, que le sacasen, pero todas sus peticiones caían en saco roto.
Finalmente fallecerá el 19 de Octubre de 1943, siendo enterrada en una tumba con un simple número, sin nombre, en el mismo recinto psiquiátrico.