Despotismo Ilustrado (España)
La ilustración es una ideología que nace del pensamiento de la burguesía europea, y que presenta una postura reformista y crítica frente al orden establecido por los estamentos privilegiados, es decir, frente al absolutismo que imperaba en las principales monarquías de la época.
El despotismo ilustrado será el movimiento surgido por la utilización por parte de algunos monarcas absolutistas, de estos principios señalados, de manera partidaria y ventajista, según su conveniencia, nunca por verdadera convicción.
Propondrán reformas, modernizaciones y cambios, pero sin poner en peligro su privilegiada situación; siguiendo fervorosamente y a “pie juntillas” el axioma “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
El máximo exponente de este movimiento dentro de las monarquías que reinaron en España durante el Antiguo Régimen fue Carlos III (1759-1788).
Con ayuda de un equipo de ministros y colaboradores ilustrados (Esquilache, Aranda, Floridablanca, Wall…) modernizará y urbanizará ciudades (construcción de hospitales, alumbrado público…), creará centros educativos y propondrá interesantes reformas agrícolas (nuevo proyecto de Ley agraria, obras de regadío…), industriales (reforma de los astilleros), comerciales (libertad de comercio con América, acabando con el monopolio de Cádiz y Sevilla), religiosas (expulsión de los jesuitas) y financieras (crea el Banco de San Carlos en 1782, precedente del posterior Banco de España); todo ello sin quebrar el orden social, político y económico establecido, es decir, impulsó reformas y estableció novedades que en ningún caso mermaban sus poderes y la influencia de los que le rodeaban.
Esta política reformista de Carlos III encontrará sus principales detractores en los estamentos privilegiados, incluso alentando un Motín, el Motín de Esquilache en 1766, que acabará con la expulsión de los jesuitas de España al considerárseles instigadores del mismo.