Hiparquia de Maronea, filósofa transgresora
Hiparquia fue una de las primeras filósofas de la historia; vivió en el siglo IV y su “biografía” nos llega gracias al relato que Diógenes Laercio dedica a los filósofos cínicos (sin la connotación negativa que tiene actualmente tal palabra) y a la que dedica un capítulo.
Se casó con Crates de Tebas, filósofo cínico discípulo de Diógenes que la introduce en esta rama filosófica que promueve la autosuficiencia y la austeridad.
Hiparquia provenía de una familia noble, abandonando todas las comodidades de las que disfrutaba tras su matrimonio, llevando un modo de vida sencillo, centrándose principalmente en la ayuda a los más desfavorecidos e incluso vistiendo harapos; pues los cínicos eran contrarios a poseer propiedades, además de criticar el orden social establecido y las convenciones que de éste se derivaban.
Pasó a la historia Hiparquia no sólo por su estilo de vida, sino por su oratoria e ideas.
Escribió un libro donde daba algunos apuntes filosóficos apreciados, titulado “Hipótesis filosóficas” y otro en el que también hizo un feroz ataque a Teodoro el ateo, un filósofo que entre otras cosas le preguntó por qué no se dedicaba a las cuestiones que estaban reservadas para las personas de su sexo y condición social (que no era otra que tejer), respondiéndole ésta que: “¿Crees que he hecho mal en consagrar al estudio el tiempo, que por mi sexo, debería haber perdido como tejedora?”; este libro se llamó “Cuestiones sobre Teodoro el ateo”.
Evidentemente resultaba una mujer que se salía de los roles y cánones establecidos para las mujeres de la época, pues participaba de la vida pública y tenia “visibilidad”, frente a la “invisibilidad” femenina del momento.
Podríamos decir que desafió con su comportamiento a una sociedad marcadamente patriarcal, machista e incluso misógina; creando por tanto un valioso ejemplo para sus contemporáneos y generaciones futuras.