I Internacional Obrera
La I Internacional Obrera fue fundada en Londres en 1864 y estuvo formada en un principio por socialistas, anarquistas y diversas asociaciones obreras y sindicatos de diverso signo.
Esta variedad de pensamientos y signos, en vez de ser aprovechado como un elemento enriquecedor del movimiento, será lo que finalmente acabe con el mismo, como veremos a continuación, a causa de las diferencias entre Marx y Bakunin, que llevó a una polarización del movimiento irreconciliable entre las partes enfrentadas.
Por un lado Marx se mostraba partidario de:
-Llevar a cabo acciones organizadas para que la revolución triunfase.
-La organización debía estructurarse en torno a la autoridad de un líder, estando los partidos obreros por tanto, fuertemente centralizados.
-Pretendía una dictadura del proletariado, o lo que es lo mismo, un Estado Obrero.
-Lucha de clases.
Bakunin sin embargo:
-Se mostraba contrario a cualquier tipo de control y jerarquía, así como a cualquier tipo de Estado, apelando al individualismo y espontaneidad del ser humano.
-La organización debía ser una especie de “coordinadora” del movimiento obrero, aunque sin ejercer una autoridad o algo similar sobre los movimientos que la componen.
-Se oponía a la participación del proletariado en partidos políticos, prefiriendo la actuación de los mismos a través de sindicatos.
Surgen por tanto dos grupos en su seno, por un lado los seguidores de Marx (marxistas) y por otro los de Bakunin (anarquistas); con diferencias que se verán agudizadas tras el fracaso de la Comuna de París, que sólo pudo autogestionarse durante dos meses antes de que fuera reprimida con inusitada violencia por parte de las autoridades en 1871.
Al año siguiente, en Septiembre de 1872, se celebrará un congreso en La Haya (Holanda), en el que los anarquistas serán apartados, tomando el control por tanto los marxistas hasta 1876.