Románico - Pintura
El concepto de “Románico” es acuñado a principios del siglo XIX por Charles de Gerville, para indicar la semejanza de este estilo con el del arte romano; pero el románico surge alrededor del siglo XI, llegando hasta mediados del XIII.
Su aparición está fuertemente influenciada por la cristianización de Europa (unificación religiosa) y el fin de las invasiones, lo que redundará en una vida más segura y un crecimiento económico-demográfico importante.
Serán los líderes religiosos y los monarcas los que den mayor importancia a las manifestaciones artísticas, pues en un contexto de analfabetismo, estas imágenes harían las veces de “libros”, de manera que todo el pueblo podría interpretar lo expresado en diferentes obras arquitectónicas, escultóricas y especialmente pictóricas sin necesidad de saber leer.
La pintura (rama que tratamos hoy) no solo tendrá una función didáctica, sino que cumplirá funciones moralizantes también, mostrando ejemplos de vida; además de la evidente ornamental.
Se mostrarán escenas bíblicas en diferentes soportes, ya sean paredes, muros, ábsides, etc… de edificios religiosos (iglesias principalmente, en las que se aplicaban las técnicas del fresco y el temple); así como en tablas o códices, además de sobre determinadas esculturas para resaltar ciertos rasgos que no se logran con las técnicas de esculpido.
Las características principales serán:
-Carecen de fondo, son creaciones bidimensionales.
-Hieratismo.
-Geometrización de formas.
-Simetría.
-Frontalidad.
-Ausencia de perspectiva.
-Falta de realismo.
-Especial remarcado de líneas y contornos gruesos.
-Limitada paleta cromática (a veces, incluso se usan colores que no son reales sobre determinados elementos como animales o plantas) que no se mezcla.
-Uso de colores vivos.
Tendrá sus obras más importantes en España, Francia, Italia e Inglaterra.