el origen de la expresión "ser un pelota"
Cuando alguien adula en exceso a otra persona decimos que “es un pelota”, pero no porque se parezca a un balón que bota y bota, sino por algo totalmente diferente.
Su origen lo encontramos en el sobrenombre que recibían las amantes y señoritas de compañía de los señores adinerados bastantes años atrás, a las que llamaban “pelotas”. Estas señoritas trataban de agradar lo máximo posible a estos ricachones, pues cuanto más contentos estuvieran éstos, más beneficios obtendrían éstas.
De esta manera el apodo de estas chicas dio origen a esta expresión tan utilizada hoy día.