el origen de la expresión "tener ínfulas"
Decimos que alguien “tiene ínfulas” cuando muestra presunción, vanidad o aires de grandeza de una manera desproporcionada y generalmente sin motivo alguno; aparentando cierto “estatus social” o importancia que no le corresponde.
Las ínfulas eran unas cintas que se usaban en la antigua Roma y que los personajes de alta clase se colocaban en la cabeza a modo de diadema, de la que colgaban otras dos tiras conocidas como “vittae” (de color púrpura o blanco).
A mayor número de tiras y mejor calidad en el acabado de las mismas, más importancia, prestigio o relevancia del personaje que las vestía dentro de la sociedad.