el origen de la pasta de dientes
La primera referencia que se tiene de algo similar a la pasta de dientes se remonta al siglo IV a.C. en la cultura egipcia, donde usaban una mezcla de diferentes materiales que iban desde el polvo de sal hasta la pimienta y las flores junto a otros elementos.
Los romanos y los griegos preferían enjuagarse la boca con orina, los árabes usaban una mezcla de productos abrasivos y raíces, algunas culturas mesoamericanas además de estas raíces o ramas usaban también una mezcla de diferentes hojas y elementos que mascaban y que hacían la función de un chicle actual, etc…
A fines del siglo XVIII se vende en Gran Bretaña un polvo que hacía las funciones de pasta de dientes, pero no será hasta 1850 cuando tengamos algo similar al actual dentífrico, gracias a Washington Sheffield Wentworth, un dentista y farmacéutico que la inventó para uso propio (llamándola “Creme Dentrifice”), contando algunas fuentes que fue a su hijo a quien se le ocurrió meterla en un bote de pintura pequeño que tenían en su casa para que su uso fuese más fácil y limpio.
Pero la primera empresa en comercializarla en bote fue la fundada por un tal William Colgate, en 1896 en Estados Unidos.