el origen de la tradición del té de las cinco
El té es una bebida popular en todo el mundo cuyo origen se encuentra en China, hace ya más de 4.000 años.
Según cuenta la leyenda, la infusión de té fue descubierta por Shen Nung, un emperador chino que gobernó entre los años 2.737 y 2.697 a.C. mientras hervía un poco de agua para consumirla posteriormente.
Parece ser que el material con el que avivaba el fuego para hervir este agua eran ramas del arbusto del té, y que en un momento dado una fuerte racha de viento hizo que algunas hojas de este árbol cayesen en el interior del recipiente donde el agua estaba hirviendo.
El resultado fue la primera infusión de té de la historia, una bebida refrescante, delicada y medicinal.
Pero la primera constatación por escrito del uso del té como infusión la tenemos en un documento del Siglo I a.C titulado “Normas de trabajo para los criados”, en el que se dictan las maneras correctas de compra y preparación de tan exquisita bebida.
Plantación de té en Malasia.
Foto: Chmouel Boudjnah
No será hasta el Siglo XVI cuando los europeos entren en contacto con el té, momento en el que empezará a popularizarse en todo el continente, especialmente en Reino Unido.
Pero la costumbre británica del típico té de las cinco no verá la luz hasta aproximadamente 1840, cuando la aristócrata Lady Anna María Stanhope, duquesa de Bedfor, se levantó con hambre después de una de sus habituales siestas.
Por aquella época no se cenaba en Inglaterra tan temprano como ahora, pero si se almorzaba a la misma hora, por lo que el tiempo que transcurría entre una y otra comida era excesivo…. O eso debió pensar la señora Stanhope, pues decidió llamar a sus criados y decirles que le sirvieran una taza de té y algo como aperitivo, unas pastas y unos sándwiches por ejemplo.
Decidió que era una buena idea, y cuando recibía visita optaba por la misma costumbre, servir unas tazas de té con algo de aperitivo; lo que fue causando una muy buena impresión entre sus invitados (entre los que frecuentemente se encontraba la Reina Victoria), que fueron extendiendo esta costumbre, llegando a crear toda una parafernalia en torno al té de las cinco.