que San Bernardo de Claraval excomulgó a unas moscas
Cuenta la leyenda que allá por el 1121, San Bernardo de Claraval, harto de que sus feligreses se viesen molestados por las moscas durante sus misas, no pudo soportar más y espetó un furioso “¡Yo os excomulgo!”.
Lo curioso en sí de dicho caso, no es que San Bernardo excomulgara a las moscas (que también), sino que al día siguiente aparecieron todas muertas, y nunca más volvieron a molestar a sus feligreses.