4. La agresividad en los cachorros
El perro es un animal demasiado observador de nuestro lenguaje corporal, si tú eres feliz cuando tu perro amenaza a las personas lo estás incentivando a continuar haciéndolo cada día en mayor medida, sin importar que verbalmente le digas "no, eso no se hace". Mientras con la oración hablada dices una cosa, todo tu cuerpo, tus gestos, y hasta tus feromonas le están diciendo que esa es la actitud que quieres de él.
Cuando una persona posee un cachorro muchas veces alberga en su interior la infantil fantasía de llegar a ser el niño amigo del temido dragón. Cuando el cachorro da alguna muestra de agresividad hacia otras personas inevitablemente el amo se regocija. Esto parece algo inocente a los tres o cuatro meses de edad, pero a medida que el perro se hace mayor comienzan a aparecer las desventajas de esta conducta.
Una persona que saca de paseo a su perro debe comportarse como líder del mismo. No es nada halagador para la persona que el perro quiera comerse a todos los transeúntes. Eso debería ser motivo de vergüenza, ya que está denotando una absoluta falta de control, una total indisciplina, y una indiscutible irresponsabilidad.
No es cierto que un perro como este será más seguro en una casa. Ya que, al no poder ser controlado, pasa la mayor parte del tiempo aislado de las personas, con lo cual la casa es pasible de ser asaltada mientras que el perro se encuentra encerrado en el patio.
Tampoco es cierto que un perro dócil no sea un buen perro de ataque. Lo he demostrado a lo largo de los años con perras de mi propiedad,. Mis más fieras perras de ataque podían y pueden compartir los juegos con los niños en el recreo de una escuela. Actualmente poseo perras dóbermann de ataque que son capaces de destrozar a una persona ante una orden mía, no obstante fuera de esas ordenes se comportan como cualquier mascota dócil y confiable.
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